Diamantino García Acosta era un sacerdote un poco "rojillo", pero no mucho. Estuvo en el Cerro del Águila con los pobres y necesitados. Como él decía: "al pan, pan y al vino, vino y para el gazpacho un buen pepino."
lunes, 12 de noviembre de 2007
Suscribirse a:
Entradas (Atom)